Por Milton Picón
Presidente de Morality in Media de PR
En la primera parte de este artículo exploramos la opinión y el sentir de los hombres en relación al matrimonio homosexual. En esta ocasión exploraremos lo que nos revela Dios a través de su palabra escrita, la Biblia, de este controversial tema.
En muchas ocasiones he escuchado personas decir que Dios, no ha dicho nada sobre el asunto del matrimonio homosexual. Otros más audaces dicen: “Jesús nunca tocó este tema, él sólo habló de peace and love”. Con esto tratan de decir que las luchas de los cristianos modernos en estos asuntos es una que parte de la ignorancia y el prejuicio. Nada más lejos de la verdad. Hace años atrás el autor cristiano Max Lucado escribió una pieza interesantísima titulada: “What God Says About Gay Marriage”. Queremos reproducir lo que él dijo sobre el tema, porque es bien relevante en estos momentos cuando se abre nuevamente a discusión el asunto del matrimonio entre parejas del mismo sexo.
Decía Lucado en aquel entonces y es súper relevante hoy escucharlo que, todo este debate acerca del matrimonio homosexual deja a mucha gente con muchas preguntas en sus mentes. Hay gente en nuestra sociedad que ya han aceptado todas estas cosas, ya sea porque tienen algún familiar cercano que son homosexuales o pertenecen a una generación que se crio viendo programas de televisión o películas en donde se presenta la homosexualidad como algo completamente normal. Estos últimos no tienen problema alguno con los asuntos de los matrimonios entre parejas del mismo sexo (MMS).
Otros tienen una opinión diferente y muchas preguntas. ¿A dónde nos llevará el MMS? ¿Qué le seguirá, la legalización de la poligamia, el adulterio, el incesto adulto, el poli amorío? El que vive Puerto Rico tiene esta preocupación legítima y seria, porque en el transcurso del 2015, en una revisión del Código Penal, nuestra Legislatura estuvo a punto de legalizar el adulterio, el incesto adulto y el bestialismo. Si en estos momentos no podemos trazar una línea, llegara el tiempo que ni siquiera el trazar líneas estará en discusión.
Lucado decía que para todo aquel que es creyente o tiene algún tipo de trasfondo religioso en su vida, siempre querrá saber que dice La Biblia, si algo sobre el tema. Eso es fundamental para una persona que rige su vida en torno a los mandamientos de Dios.
¿Qué dice Dios acerca del Matrimonio Homosexual? (MMS)
Max Lucado lo pone de la siguiente manera y lo citamos: Si vamos al fundamento de la institución matrimonial vemos a Dios haciendo este declaración en Génesis 2:18: “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él”. Dios es el autor del matrimonio. Esta institución milenaria no fue creada ni por el hombre, ni por los gobiernos. El matrimonio fue concebido en la mente de Dios. Dios siempre vio el matrimonio como la unión de dos socios a partes iguales. El asunto de las palabras “ayuda idónea” no representa en forma alguna, como a veces lo quieren colocar las feministas y teólogos liberales, que la mujer sea menos que el hombre o que fue creada como una sirviente para el hombre. Los escolares hebreos interpretan dicha frase como “correspondencia exacta”, o sea, se complementan totalmente, lo que le hace falta a uno lo suple la otra parte y viceversa.
Luego sigue el verso 24, que dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. Note la secuencia. Primero, “dejar”, decirle adiós a papi y a mami para “unirse”.ni citas casuales, ni relaciones clandestinas. El matrimonio es un pacto público sellado entre un hombre y una mujer. Dios puedo darle a Adán otro hombre, pero no lo hizo. Dios pudo haberle dado a Adán, dos mujeres, pero no lo hizo. Tampoco le dio a Adán a Eva por una noche. Se le dio de por vida y al así hacerle Dios nos dio la definición del matrimonio. La unión de un hombre y una mujer para toda la vida. Monogamia heterosexual”.
Lucado nos señala que no podemos dejar pasar por alto lo radical de este relato de Génesis. En antiguo oriente, ninguna otra religión había honrado a la mujer como un socio igual y ningún otro código moral llamó al hombre y a la mujer a la fidelidad sexual. Añade que para el tiempo en que el Torah fuera presentado por los judíos a la humanidad, las religiones de aquel entonces promovían la actividad sexual flagrante y desenfrenada. Egipto, Mesopotamia, Fenicia, Ciro, Canaán y otros mantenían una vida religiosa que estaba marcada por el sexo ritual y la prostitución religiosa en sus templos. Veían sus dioses como entidades sexuales. Ishatar era la diosa babilónica del amor y la guerra, de la vida, de la fertilidad. Su culto implicaba prostitución sagrada. Osiris, dios egipcio tiene sexo con su hermana, Krishna, el dios hindú tenía varias esposas. Y su buscamos a los griegos y su mitología veremos cosas similares.
En una sociedad saturada por el sexo, la homosexualidad era ampliamente practicada. Fue precisamente en este tipo de mundo donde entra el Torah. Las enseñanzas del Dios de los judíos, en torno a la sexualidad, corrían en dirección contraria al practicado en esas épocas, era bien contra cultural. De acuerdo al Toral, Dios no era sexual, era santo. El hombre no fue concebido en un acto sexual, sino creado por el propio Dios. El hombre y la mujer no fueron creados para el mismo sexo, sino lo contrario. La mujer no era un instrumento sexual, sino una socia en igualdad de condiciones. El sexo no era un deporte recreacional, sino un privilegio matrimonial. El Dios de los judíos puso el genio del sexo en la botella del matrimonio heterosexual. La homosexualidad, por su propia naturaleza, resistió y resiste al día de hoy esa verdad. Eso lleva a lo próximo.
¿Qué Dios dice acerca de los homosexuales?
Si Jesucristo se hubiera topado con un homosexual en el Nuevo Testamento, ¿qué hubiera hecho? Aunque en el Nuevo Testamento no hay conversación alguna del Maestro con un homosexual, si podemos inferir el cómo hubiera actuado. Y podemos hacerlo por la forma en que vemos a Cristo interactuar con personas durante su ministerio terrenal. Ciertamente les hubiera expresado su amor, como lo hizo con el publicano de Zaqueo, hasta los hubiera acompañado a sus casas. Al igual que hizo con la Mujer Samaritana, se hubiera sentado a la sombra del pozo. Como lo hizo con Mateo, les hubiera extendido una invitación personal. Las palabras exactas que hubiera utilizado no las sabemos, pero del sentimiento no tenemos dudas. Este trato de Jesús, incluiría a homosexuales. Jesús vino a morir por todos nosotros los pecadores y eso incluye a los homosexuales. Jesús nos creó como seres humanos, vino a este mundo a salvarnos y a morir en una cruz por todos.
Jesús les hubiera hablado con compasión, pero también les hubiera hablado con convicción y verdad. Así como lo hizo con Zaqueo, la mujer samaritana, Mateo y otros las palabras de Jesús estarían llenas de gracia y verdad. Siempre les hubiera dicho la verdad. ¿Y cuál es esa verdad?
Que Dios nunca aprobará el sexo fuera de la unión matrimonial. Sea entre dos personas solteras, sean solteros o casados con otras personas casadas o solteras, sea el ser humano que seduce o abusa de un menor de edad sexualmente, o que tiene relaciones con miembros de su propia familia, hombres con hombres o mujeres con mujeres. La Biblia cataloga todo eso como pecado. Ahora bien, tampoco la Biblia pone la homosexualidad por encima de todos los demás pecados.
La Biblia tampoco pone reparo alguno a llamar las cosas por su nombre. En el caso de la homosexualidad comienza desde el Antiguo Testamento en forma clara. En Levítico 18:22 dice: “No te echarás con varón como con mujer; es abominación”. Según un académico hebreo cada vez que la palabra “toevah” (abominación) aparece en el Antiguo Testamento está relacionado, ya sea a idolatría, prostitución cultica, adivinación, etc., etc., etc., siempre comunicando y transmitiendo un sentir de gran repugnancia.
Los modernos “teólogos” revisionistas pro homosexuales colocan estos versículos del Antiguo Testamento al nivel de instrucciones culturales de aquel tiempo que no son relevantes en el día de hoy. La realidad es que si los textos fueran pocos y confusos habría un espacio para uno reconsiderar nuevos argumentos, pero la realidad es que están de tapa a tapa de la Biblia.
Desde el Torah hasta las epístolas de Pablo en el Nuevo Testamento el sentimiento del texto bíblico no cambia (Levítico 20:13 dice: “Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron……. “. Romanos 1:26-27: 26 “Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”. A la iglesia de Corinto se le comunicó en 1 Corintios 6:9: ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones”,). De principio a fin la biblia condena la intimidad sexual entre el mismo sexo.
¿Dice algo Dios sobre el matrimonio homosexual?
Dios dejó clara la definición de matrimonio en el libro de Génesis. Jesús confirmó esta enseñanza en los Evangelio, no la abrogó. En Mateo 19:4-6 Jesús dijo: 4 “Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo, 5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne? 6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”.
Dios categóricamente se opone al matrimonio homosexual porque violenta su diseño para el hombre y la mujer y porque frustra y deniega los aspectos complementarios que traen los dos sexos a la crianza de los niños. La Iglesia de hoy tiene que ponerse al lado de su Creador en tiempos y en asuntos como este. Es muchísimo lo que está en juego.
¿Por qué debemos de oponernos al matrimonio homosexual?
Primero, al examinar los experimentos sociales que han hecho otros países con el MMS, cuando vamos a Escandinavia podemos ver resultados. Stanley Kurtz, quien tiene un doctorado en antropología social de Harvard testificó un sub comité del Senado de los Estados Unidos y dijo lo siguiente, entre otras cosas: El matrimonio está muriendo lentamente en Escandinavia. Una mayoría de los niños que nacen en Suecia y Noruega lo hacen fuera del matrimonio. Sesenta por ciento de los hijos primogénitos es Dinamarca tiene a padres no casados. No es coincidencia que estos países tengan en común el que permiten a las parejas del mismo sexo privilegios casi iguales a los del matrimonio heterosexual ya casi por una década…… ya en Escandinavia padres heterosexuales casados se han convertido en un fenómeno minoritario….”.
¿Podemos imaginarnos las complicadas consecuencias del matrimonio entre parejas del mismo sexo? Una cosa que ocurre es que los asuntos de género dejan de ser tan claros y definidos como los han sido hasta hoy. A la gente joven le será un tanto confuso y conflictivo el escoger entre todos estos modelos de convivencia. Estudios dicen que hijas sin la presencia de padres varones son más propensas a experimentar embarazos tempranos en la adolescencia que las que viven con ambos padres. Hijos sin madre también son marcados por la ausencia de la seguridad emocional que solo una madre pueda dar.
Todas las oportunidades para que los hijos puedan desarrollar habilidades viendo a papá y a mamá amándose y relacionándose se pierden. Hasta la fecha hay más de 10,000 estudios que prueban categóricamente que los niños se desempeñan mejor con papá y mamá presentes.
El matrimonio del mismo sexo socava el plan de Dios para la familia. Familias debilitadas impactarán a la sociedad sin duda alguna. En su libro de “Los Argumentos a favor del Matrimonio” (The Case for Marriage), Linda White y Maggy Gallagher escriben: “En la medida que el matrimonio se debilita, comienzan los costos , no solo para los niños en su calidad individual y su familia, sino también para todos nosotros como contribuyentes, ciudadanos y vecinos. Todos incurriremos en costos de ver índices más altos de criminalidad, en la beneficencia pública, en la educación, en los gastos médicos y en la reducción de seguridad en nuestra propia inversión matrimonial. Simplemente como asunto de política pública de salud… una nueva campaña para reducir el fracaso matrimonial es tan importante como las campañas para reducir el fumar”.
Segundo, la legalización del matrimonio homosexual abría las puertas de par en par a la legalización de la poligamia y otras desviaciones.
El polígamo de Utah, Tom Green, está utilizando todos los argumentos legales del matrimonio del mismo sexo para alcanzar el mismo propósito que tienen los activistas del MMS. La ACLU en Utah ya estaba lista para defenderlo diciendo que la familia nuclear ya no era necesariamente el mejor modelo.
¿Abrirá el MMS las puertas a la poligamia? Si rechazamos la definición bíblica y milenaria del matrimonio como la unión de un hombre y una mujer, ¿qué argumentos podríamos utilizar para oponernos a la poligamia, bigamia, poli amorío, etc., etc.? Los “legisladores” que tenemos con vitolas negras en los tribunales se encargarán de redefinirlo todo.
Si dos personas del mismo sexo se pueden casar, ¿por qué no lo puede hacer un hombre con cinco mujeres o viceversa? ¿O un grupo de contrayentes? No podemos subestimar la maldad que puede existir en el corazón de los hombres. En el 1972 la Coalición Nacional de Organizaciones Homosexuales demandó; “la abrogación de todas las provisiones legislativas que puedan restringir el número de personas que pueden entrar en la unidad matrimonial y la extensión de todos los beneficios legales a todas las personas que cohabitan independientemente de su sexo o números”. Lo último de estos pedidos ya se está convirtiendo en una realidad en nuestros tiempos. Rechazar la ley de Dios nos lleva no a creer en nada, sino a creer en cualquier cosa.
La razón más alta para oponerse al matrimonio homosexual es: que Dios se opone.
Y Dios lo hace, porque nos ama. Cuando Jesús confirmó en el Nuevo Testamento el diseño de Dios para el matrimonio lo hizo porque este opera en nuestro mejor interés.
El matrimonio nos restaura al estado de Adán cuando todavía estaba en Edén y tenía comunión con Dios. El matrimonio es la organización más emblemática de todas las demás organizaciones en la historia de la humanidad.
Algunos preguntarán; ¿y qué puede y debe de hacer la iglesia ante estos retos? Tenemos que reaccionar como Cristo lo hubiera hecho, con compasión y convicción. Compasión al tratar a todos los componentes de esta lucha. Aunque la actividad homosexual enoja a un Dios santo, preguntó: ¿quién de nosotros no ha hecho enojar a Dios? Cuando Jesús sacó a latigazos a los mercaderes en el templo, no lo hizo porque fueran homosexuales, lo hizo porque estaban llenos de avaricia y de “yo ismo”, dos pecados favoritos de nuestra sociedad. Tenemos que mostrarles a las personas que luchan contra la homosexualidad la misma gracia que les mostramos en la iglesia a hermanos que tienen sus asuntos como el murmurar, el bochinche, el fariseísmo y otras cosas que también enojan a un Dios santo.
He aprendido y enseño que de la misma manera que no me burlo de alcohólicos, drogadictos, mentirosos, adúlteros, tampoco lo puedo hacer con los homosexuales. No lo hago porque los miembros de las iglesias no son otra cosa que una colección de ex pecadores que todavía siguen luchando por honrar, amar y agradar a Dios.
No nos engañemos a nosotros mismos. En 1 Corintios 6:9-10, donde aparece el listado de las malas noticias de todas las conductas que nos separarán del cielo, aparecen unas buenas noticias en el verso 11 que dice: “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios”. Estas son verdaderas buenas noticias, para todo aquel que lucha. Hay esperanza, sanidad, restauración, liberación, perdón y justificación en Cristo Jesús.
La Iglesia no puede abdicar a su rol de denuncia profética de la maldad, pero también es hospital de almas, casa y refugio de compasión. La Palabra de Dios fue el primer tratado en llamar al hombre y rescatarlo de sus deseos sexuales destructivos y enseñarlo a expresarlos correctamente dentro del pacto o unión entre un hombre y una mujer. El matrimonio homosexual no es un paso de avance en la dirección correcta, todo lo contrario es un paso de retroceso. Un paso atrás de la sociedad de liberación verdadera a la que Dios nos ha llamado.
Te exhorto a elevar la institución matrimonio, a honrar el plan de Dios para que podamos levantar familias funcionales. Lo único que no podemos hacer es ignorar estas luchas, porque es demasiado lo que hay en riesgo.